~Cuando ves a un niño nacer te das cuenta de que un bebé no es más que un sándwich de jamón y queso reconstituido. Solo un pequeño anagrama de tí y de lo que has estado comiendo durante nueve meses~


~A veces pienso que sin niños somos bestias o polvo. Que somos como algo perdido en el mar~

~Esos son los asesinos del amor. Te aman y después te matan. Son de otro planeta. Supuestamente~

~Esperar?- pregunté tensa como una luz amarilla~

~Lo extrañaba. Me dí cuenta de que el amor era algo que la columna vertebral recordaba~

~Cuando iba al centro, los colores de todas las tiendas se derretían ante mis ojos como revistas húmedas~

~El problema con una mujer linda es que hace sentir a todos a su alrededor desesperadamente masculinos, lo que no presenta ningún problema particular si para empezar eres hombre~

~Sintiéndose como un mapa vuelto a doblar en el sentido contrario a sus pliegos~

~Las palabras dan vueltas en el aire como helicópteros~

~El fin de semana aparecía delante de ella como una encantadora hamaca atada entre dos anchas semanas~

~No me gustan los perros, los perros grandes y torpes. En las multitudes se comportan como los humanos: arman pandillas y van directo a los genitales~

~Escribir es un safari (...) Significa salir y mirar, cazar y traer a casa, a la jaula de la página, la cosa viva más maravillosa del mundo~

~Esa discusión que es el sexo~

~Yo estoy a favor de relacionarse con lo auténtico de un país extranjero, aunque no estuve nunca en otro país yo misma, a menos que el matrimonio cuente como otro país~

~A veces -suspira hacia el vapor- siento que estoy justo en la niebla de las cosas~

Anagramas, Lorrie Moore, 1986. Editorial Eterna Cadencia 2020.

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